Como parte del siguiente panel de EXNI, se contó con la presencia de Rebeca Ortiz de GBCI México; Ruth Corona de JLL México; Daniel Reyes de Econova; y Adriana Zarate de CIPRES Consultores, quienes conversaron sobre el impacto de certificación TRUE en la industria mexicana.
Se trata de una certificación que permite a las instalaciones definir, perseguir y alcanzar sus metas de cero residuos, recortando su huella de carbono y apoyando la salud pública. Los espacios certificados TRUE son ambientalmente responsables, más eficientes en el uso de los recursos y ayudan a transformar los residuos en ahorros y fuentes de ingreso adicionales. Además de ahorrar en costos operativos, reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero, gestionando el riesgo, reduciendo la basura y la contaminación.
De acuerdo con Rebeca Ortiz, la Ciudad de México es la entidad que más desechos produce, con un estimado de 1.4 kg de basura diaria por persona, lo que genera más de 42 millones de toneladas de residuos sólidos al año. “Solo el 9.6% de los residuos generados tienen una gestión y reciclaje. Los materiales más abundantes en la basura en México son fierro, lámina, acero, papel, cartón y PET”.
Ruth Corona, explicó que TRUE no se enfoca en qué se hace con los residuos sino de dónde se están generando, por lo que es importante entender y generar estrategias que incluyan auditorías de residuos para minimizar su uso y con ellos su producción.
En cuanto a retos y oportunidades de la implementación de esta certificación, Daniel Reyes y Adriana Zarate explicaron que los requisitos de TRUE necesitan de cierta tecnología y capacidad que hoy en día no se tiene en México.
“El mayor reto que tenemos es hacer esa congruencia entre las diferentes regiones de México y las plantas que hay en ciudades como Monterrey, Chihuahua, Sonora, entre otras que solo atacan a su propia región sin abrirse a otro mercado y no comparten esas tecnologías”, dijo Daniel Reyes.
Adriana Zarate concluyó explicando que es necesario ofrecer incentivos fiscales y normativos para que toda la cadena de valor se integren a este programa.
Por Mónica Herrera y Juan Rangel